
Como emprendedora y asesora fiscal que me considero, me planteo algunas cuestiones, una de ellas es » el papel del asesor para la nueva generación de emprendedores».
La crisis ha contribuido a aumentar la corriente emprendedora que ya había empezado a coger fuerza a raíz del éxito de innovadoras startups que han triunfado en Estados Unidos.
Lo primero para emprender es tener una idea y querer crear un negocio a partir de ella, pero es evidente que hay un grán número de personas que se han lanzado a montar su propio negocio tras quedarse en paro y descubrir que la opción del trabajo por cuenta propia era la mejor, o la única, opción que se les presentaba.
Muchos jóvenes recién licenciados, o con poca experiencia laboral forman también una parte importante dentro de este movimiento emprendedor. Y aunque ellos parten prácticamente de cero y necesitan que alguien confíe en ellos y les financie, llegan con la fuerza del que no tiene nada que perder y con buenas dosis de energía.
Todos estos grupos de «emprendedores»parten de unas características comunes, entre ellas:
1.- Son unos apasionados de su «idea» y la forma de materializarla y darle difusión.
2.- Prima el perfil comercial frente al gestor.
3.- La complejidad que ha ido envolviendo el marco legal y administrativo a través del cual se relacionan con la Administración, genera la necesidad o dependencia de un asesor de confianza que le guarde las espaldas frente a inclumplimientos involuntarios por desconocimiento que vendrán seguidos de sanciones o penalizaciones.
4.– El uso de nuevas tecnologías para comunicarse, relacionarse, y como medio para desarrollar su propio negocio. El emprendedor ha identificado recursos y herramientas relacionadas con internet, con la nube, que son más accesible, baratos y eficientes que los medios tradicionales. El emprendedor espera al asesor en ese terreno de juego, y necesita que sepa desenvolverse bien, para poder formar un buen equipo.
Es aquí donde nosotros, los » asesores » debemos cambiar el foco de nuestros objetivos de negocio para empezar a rentabilizar de forma escalable un área de negocio más amplio y de mucho más alcance, apoyados en la automatización de ciertos procesos, la utilización de nuevas herramientas tecnológicas y en la proyección de las redes sociales.
Además, al mismo tiempo, y de forma minoritaria, pero todavía con cierto peso, como asesora me encuentro profesionales autónomos y gerentes de pymes que están un poco desorientados y que no entienden ni saben cómo subirse al tren de estas nuevas tecnologías. Empresas que quieren renovarse tecnológicamente. Emprendedores que necesitan reciclarse de su actividad profesional anterior y necesitan asesoramiento sobre las herramientas tecnológicas que les pueden ayudar a ser más competitivos y remontar.
Desde mi punto de vista, resumiendo las 4 claves como asesoría de emprendedores serían:
1.- La oferta de Servicios de Asesoría tiene que seguir siendo en primer lugar, aquellos relacionados con la fiscalidad, seguidos de forma casi equitativa por los vinculados a las áreas de contabilidad y laboral. Además incluir la asesoría tecnológica, sobre todo si se suman los servicios relacionados con “soluciones de software” y los de “nuevas tecnologías”.
2.- Características y valor añadido en los servicios de Asesoria. Para mí un servicio de valor añadido descansa en tres ejes fundamentales, como són:
a) El rigor técnico de su contenido y la profesionalidad del despacho profesional.
b) La rapidez con que se diseña y ejecuta el asesoramiento, tanto en su dimensión estratégica (líneas de actuación) como operativa (acciones concretas a implementar).
c) La eficacia de la solución o soluciones recomendadas. El modo de asesorar de forma personalizada y proactiva, la manera de comunicarse con el cliente (de forma continuada, clara y concisa…).El asesoramiento debe ofrecer soluciones reales y debe estar orientado a las necesidades del cliente en cada coyuntura. Ello en ocasiones requiere medidas imaginativas, basadas en un conocimiento técnico del sector.Finalmente la relación debe cimentarse en la mutua confianza lo cual requiere fiabilidad, honestidad, flexibilidad, seguridad (protección de datos en cualquier ámbito incluido el mundo digital).
3. Impacto de las nuevas tecnologías en la relación del cliente con su despacho. Generar acciones y programas adecuados que permitan a los clientes consultar la información crítica para la empresa de forma ilimitada, accediendo a herramientas tecnológicas como plataformas online para compartir datos, áreas privadas, etc.
4.- La comunicación asesor-cliente. La posibilidad de consultar telemáticamente la información de la propia empresa no deja de ser, desde una óptica conceptual, un modo de comunicación entre asesor y cliente, aunque se trate de una comunicación virtual. Este elemento, junto con el trato personal, directo y personalizado, se revelan como aspectos muy relevantes en la gestión relacional en el mundo de la asesoría. Es esencial para fidelizar a los clientes informarle de los cambios legales. Mayoritariamente todas las empresas lo consideran como parte esencial de la prestación.